¿A donde vamos?
¿Por qué estamos aquí?
¿De donde venimos?
Preguntas que han mantenido encadenados intelectos durante vidas enteras.
Y es que la única manera de solucionar un interrogante es vivir.
Vivir hasta que te fallen las fuerzas. Hasta que te falten las ganas.
Y cuando vayas a exhalar el último aliento llegarán.
Llegarán todas las respuestas y morirás feliz.
No resolverás tales misterios.
No se lo contarás a nadie.
No querrías privarles de tal felicidad.
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