No.
No es una caída de la que podamos levantarnos.
Nacemos tumbados. No caídos. Tumbados.
Poco a poco nuestra razón y nuestros sentimientos nos levantan, nos hacen personas.
Nos hacemos a nosotros mismos.
Pero el día que tropiezas, caes.

No te vuelves a tropezar con la misma piedra. No.
Las piedras que encuentras son afiladas rocas sobre las que te precipitas, pero no te tropiezas con ellas.
Te golpeas.
Caída libre. Irónica libertad en la que no puedes detener tu caída.
Y cuando al fin llegamos abajo todo es oscuridad.
Morimos.
No. No es una muerte.
Es un descanso.
Un descanso en el que estamos tumbados, sí.
Tumbados hasta que la razón y los sentimientos nos levanten.
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